sábado, 17 de diciembre de 2011

Junto contigo

No estás.

Llevaste contigo la casa entera.
Me dejaste vacío.



No he podido recuperarme, no me levanto.
No dejo de soñarte.

No es normal que aún te lleve conmigo,
no es normal que aún solo, se me escape tu nombre.

He tenido charlas infinitas con tu espacio, 
con tu lado de la cama,
 y sé que no vas a volver.
Pero te tengo aquí, 
no quiero desprenderme (he memorizado tu piel, tus gestos).


No hay rincón donde no te encuentre.
Aunque lo cierto es, que no estás.

Así que debo comenzar a arrancarte
a dejarte de una vez en una caja,
debajo de mi cama, donde no pueda verte
ni tocarte, ni extrañarte un momento más.

Aunque tistemente, no haya mucho que salvar de mi, 
me he perdido junto contigo.




viernes, 2 de diciembre de 2011

Ana no te fallé



Si aún queda tiempo, escúchame.

No logré descifrar la nota. No había ni una idea clara.
Ana, no me mires así, sabes cómo son estás cosas, 
y cómo sugiere el resto de la gente que deben terminar;
mientras no me canso de pedir cada noche una cama que no acabe, 
que te tenga a ti.



No era una prueba. Sabías que no lo lograría.
Pero de todos modos, quisiste divertirte, 
Y no me canso de buscarte.
No me canso de intentar recrearte, 
una y otra vez.

Ana, si aún estás ahí en algún lugar,
ahoga cada recuerdo, prende la luz de medio día
y aléjate de mi.

No puedo permitirme encontrarte.
No quiero respirar tus manos, y no quiero sentir que me miras así
(tan llena de amor).

Alguien como yo, nunca debió arriesgarse,
aposté por ti, gané el verano de 5 años que jamás pedí.

Ana, deja de mirarme así, sé que lo haces 
aún cuando estoy del otro lado de la habitación, 
siempre has sido así: mágica y predecible (solamente los martes).

No hubo labios que robar, fueron míos y los amé.
Pero Ana, no te fallé, te seguí hasta que mis piernas no respondieron más.
Hasta donde pude ver como lentamente te desvanecías.



Ana no te fallé.






Tienes que saber que



Quiero... Sentir una y mil veces más cada centímetro de luz colarse entre nuestros dedos,  aquella danza mágica que juguetea entre las sábanas... 


Y quiero rozar cada poro de tu piel, y besar uno a uno cada lunar, quiero nombrarlos a todos, contarlos y volver a empezar hasta ir a dormir.


Porque ahora que estás aquí, he comprendido a través de tu silencio que el espacio no es todo si el tiempo es contigo. Y sé lo buena que puede ser la vida, cómo confiar y cómo amar. 


Sé cómo ser alguien mejor.


También sé que nada es para siempre, pero puede ser lo suficiente durante una vida,
y encontrarse en otra. 


Sé cómo se reconocen nuestros cuerpos aún con el paso del tiempo, cómo es hablar con las yemas de los dedos  y aprendí a sentir con la mirada. Sé cómo ser tan suave y fundirme en ti pero no sé, cómo dejarte ir


jueves, 1 de diciembre de 2011

Ella

Sostiene la perdición y mantienen colgando la fe;
Su mirada vacía y callada.




He dejado de creer que algún día la veré reír,


Se fue.




Me dejó tan solo sus manos tristes, y sus sueños bajo la almohada.
No tengo más allá de su recuerdo.


Su mirada vacía, las mejillas más suaves,
su rostro: las líneas más fuertes y sensibles que jamás volveré a leer.


No podré beber jamás una piel así, nunca más.




Como acto de aferro
cada noche la traigo de vuelta
en aquella ventana


             y
                 muero con ella un poco más.






















Ella... fría y cálida,
perfecta.