jueves, 23 de enero de 2014

Ahora que no estás aquí, no sé como despertar, como desayunar y reír, no sé como pelear por una almohada o el control del televisor.

Ahora que no estás no sé sentirme completa, no sé como no verte en cada rincón, no sé como no extrañarte. No sé como no desplomarme, no sé perderte cada segundo una y otra vez.

Ahora que no estás no sé pronunciar tu nombre sin pensar que no volverás, 
que es tiempo de seguir, de crecer sin ti. No sé aceptar no escuchar tu voz una vez más. 
No sé como no rendirme, no sé como no llamarte amor, esperando que respondas. 

No, no puedo convencerme de creer que alguien más llegará a tomar tu lugar. 
A dormir de tu lado de la cama. No sé compartir como lo hacía contigo, 
no sé más mirar a los ojos, no puedo no buscarte del otro lado.

Ahora que no estás... no hay nadie que me calme, nadie que me ayude a dormir, 
nadie con quien compartir la taza o la cuchara.

Nunca creí que alguien pudiera morir llevándose tanto de mí. Tampoco creí que éste día llegaría.


Ahora que no estás... me arrepiento de las veces que te deje ir sin besarte, 
de las veces que te deje dormir solo, de no haber sido la mejor versión de mí, 
de haberte mentido en más de alguna ocasión sólo para evitar que te molestaras, 
me arrepiento de haber evitado las peleas, de haber dejado inconclusos tantos proyectos 
que fui capaz de soñar gracias a ti, ahora que no estás sé que debí haber cedido más, 
dejarte ganar con mayor frecuencia tan solo para verte sonreír burlándote de mí.
Ahora que no estás no sé encontrar la fuerza que decías me caracterizaba. 

No sé si alguien más me mirará como tú lo hacías.


Ahora que no estás... 
No soy capaz de amar a alguien como te amé a ti.

1 comentario:

  1. Haz que duela hasta que sangre, tendrás una herida que dolerá hasta el hueso, pero que secará completa. El único lugar en el que sirve la sangre, además de las venas, es en papel...

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